domingo, 29 de enero de 2017

ESTO NO HAY QUIEN LO PARE.


Me da coraje dejar mi blog abandonado, pero mis quehaceres no me dejan un ratito libre. No quiero dejar de lado el progreso de mi taller de patchwork. Yo estoy encantada, no, como se dice ahora " lo siguiente", que espero que en el diccionario no sea una palabra malsonante.

Mis alumnas avanzan a pasos agigantados y ya están enganchadas. Os dejo una muestra de lo que van haciendo.




Aquí ni se habla.


 

 Coser y callar.


Empezamos con una aplicación a punto escondido.


Cada cual le da su toque personal.


También llevan algún bordado.






El montaje final.

 Unas prefirieron acabarlo con cremallera o como un cestito e incluso como una talega.



Dificil decidirse. Todo muy bonito.



Fondo de cuadros.




La próxima técnica se ha colado aquí. Un logcabin...

TALLER DE PATCHWORK

A primeros de septiembre suena el teléfono casi a las 2 de la tarde, esta vez no era para reclamarme nada, era para ofrecerme dar un taller de PATCHWORK en mi pueblo, Doña Mencía. No lo dudé, dije que sí. Se pondría en marcha a partir de octubre.


Ahora había que programar las labores que íbamos a hacer, las distintas técnicas teniendo en cuenta el nivel de cada participante, pero da igual, seguro que les va a gustar tanto como a mí.









Se hizo una reunión el 19 de octubre, bastante multitudinaria, no me esperaba esa aceptación. Bárbara de onda mencía me hizo una entrevista donde reflejo mi entusiasmo por el patchwork y las labores.

Llevé parte de mis trabajos. Me fue difícil elegirlos, todos para mí son especiales, todos tienen recuerdos de cuando los hice y donde, todos me gustan, todos y cada uno son parte de mi vida.



Se decidió hacer dos grupos, uno los martes y otro los jueves.

El día 4 de octubre empezamos y como yo me esperaba muy bien, tengo unas buenas alumnas, muy aplicadas. No todas tienen el mismo nivel pero los resultados de sus labores son similares. Yo siempre lo digo, el patchwork no es dificil , es simplemente paciencia, disfrutar con lo que se hace, sin prisas y sin agobios. Relaja y satisface a los que lo practicamos, pero no tanto a los que nos "aguantan", ya no hay mesa vacía ni caja de zapatos que no esté llena de telas y abalorios, aquí no se tira nada, el más pequeño trozo de tela puede ser aprovechado.

El resultado del primer mes de taller habla por sí mismo. Pongo unas fotitos y me voy a coser para no perder el hilo.